Todo chocolatero adora trabajar en mesones de mármol, y bien saben que no es solo un mesón con un buen diseño, sino que es la funcionalidad de este material la que importa.
El chocolate es muy sensible a las temperaturas, puede solidificarse bajo los 20°C y derretirse por sobre los 32°C.
Cuando el chocolatero necesita temperar (o templar) las coberturas necesita hacerlo rápido y a temperaturas óptimas que lo permitan lograr.
El mármol es un pésimo conductor del calor, casi siempre esta frío, no así como los mesones de madera o acero, por ejemplo, cuando el chocolate a 40°C toca el mármol a 10°C, el chocolate inmediatamente baja su temperatura y el mármol se mantiene frío.
Por eso, este material, permite conseguir un excelente temperado y un muy buen producto final en pralinés, bombones o coberturas.