Ya explotado en época romana, la extracción y la labra del mármol, se lleva realizando en Macael, de forma ininterrumpida, al menos desde el siglo IX a nuestros días. Entre los elementos patrimoniales vinculados a esta actividad destacan los oficios, el mármol -cuyas características le han valido de garantía para uso como material de construcción y ornamento a lo largo de siglos-, las técnicas y el paisaje, conformando a lo largo de la historia un paisaje cultural único.
El mármol de Macael, con un excelente comportamiento físico y buena durabilidad, según señala el expediente de incoación, ha sido apreciado desde la antigüedad por sus propiedades físicas y cualidades estéticas, y así lo atestigua su presencia en los más emblemáticos monumentos andaluces, como el Palacio de Madinat al-Zhara, la Alhambra y el Generalife.
En relación a los oficios vinculados a esta actividad, no sólo destaca el oficio del cantero, uno de los más antiguos de la historia -cuyos saberes y técnicas han sido transmitidos de generación en generación- sino que se vinculan los artesanos y marmolistas, y otros oficios como artilleros, maquinistas, transportistas y lajadores.